Un amigo me dijo que el preocuparse es totalmente inútil, tu te pre-ocupas, mejor que solamente te ocupes y así quedaras libre del chachareo de tu mente. Cuando tu cabeza te esté metiendo mucho ruido es super simple, siéntate y empieza a escuchar tu respiración, luego quédate atento al primer pensamiento que se asome en tu cabeza, quédate bien atento en que es lo que vas a pensar y te darás cuenta de que en ese lapsus sólo estarás en estado de alerta. Es así como debemos vivir, en estado de alerta con nuestra vida para no desperdiciar ninguna maravillosa oportunidad de existir y ser concientes.
El otro día soñé que me iba de mi cuerpo a otra dimensión, mientra me miraba desde lo alto sentí una cirerta nostalgia por no haber dado lo mejor de mí parte humana en cada instante y que realmente me había aproblemado mucho más de lo que debía. Desde lo alto todo se veía muy claro y si hubiese tenido esa visión estando en mi cuerpo humano pensé que habría disfrutado más mi vida ya que sabía que era una oportunidad única. En el mismo sueño decidí volver a mi cuerpo humano y prometí tener presente siempre esta visión desde lo alto.
A veces nos olvidamos de lo que es realmente importante en nuestras vidas, haz una lista con tus prioridades, luego lleva eso a la práctica, te darás cuenta de que la mayoría de las veces sufres por cosas que no son tan importantes. Por eso dicen que personas que está al borde de la muerte experimentan la “dimensión real de las cosas”, no podemos esperar a estar al borde de la muerte, podemos practicar el aprecio y sentido de la vida a cada instante, sólo debemos saborearlo, vivir en amor con la existencia.
¿Cómo? La mejor forma que yo conozco es agradeciendo cada acto que la vida te da, cada oportunidad, cada enseñanza. Mirar más allá de los problemas y verlos como oportunidades, ver los errores como maestros y ver a cada persona, animal, planta como una extensión de ti mismo, de tu casa.
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